Empatía

 Empatía (2012)
Concepto y realización: Myriam Beutelspacher y Minerva Hernández

 

Los biólogos y los neurocientíficos cognitivos están descubriendo neuronas espejo, llamadas de la empatía, que permiten a los seres humanos sentir y experimentar situaciones ajenas como si fueran propias.

La cima de otra convergencia histórica, en una tercera revolución industrial de la energía y la comunicación, que podría extender la sensibilidad empática a la propia biosfera y a toda la vida terrena.

Jeremy Rifkin, La civilización empática , 2010

 

El concepto de empatía se aborda a través de vestuarios interactivos conectados a múltiples pulsos cardíacos; la esencia es manifestar un entretejido de relaciones subjetivas hombre-máquina-hombre para generar una suerte de vestido-sujeto-colectivo. Los ritmos cardíacos son sumados y reverberados traduciendo sus frecuencias en variaciones cromáticas que iluminan la fibra óptica de los vestuarios convirtiendo el cuerpo individual en un sistema nervioso amplificado.

La acción evidencía, junto con la máquina, vínculos empáticos que desvanecen el límite físico entre el actor y el espectador. Parte fundamental es la composición algorítmica de Ernesto Romero, que genera en vivo secuencias musicales por medio de un determinado código informático programado en SuperCollider.

Empatía_tiempo_espacio

Minerva Hernández Trejo, Myriam Beutelspacher, 
Eduardo Meléndez, Hersúa
Celda contemporánea / formato 3
Curaduría: Berta Kolteniuk
Universidad del Claustro de Sor Juana
Del 17 octubre al 8 de diciembre, 2012

En el contexto de la curaduría formato 3, la Celda Contemporánea presenta la propuesta de tres conceptos intercomunicados que giran en torno a las prácticas artísticas con nuevos medios, creados en esquemas colaborativos. La idea es hacer una lectura abierta, donde las estructuras espacio-temporales sean móviles y flexibles, de tal modo que se traspasen los límites físicos. La intención es integrar una misma unidad que pueda ser observada o vivida como un prisma, a partir de la superposición digital de momentos, corporalidades, soportes y espacios. En este caso se provocan cruzamientos poéticos y estéticos entre tres piezas individuales: Empatía, de Minerva Hernández Trejo y Myriam Beutelspacher, Tiempo desarticulado, de Eduardo Meléndez, y Espacio absurdo de Hersúa.

La hibridación de estos tres conceptos artísticos persigue una evocación sutil e inconsciente, que busca “encontrarse en el otro”. Estos encuentros empáticos se han trabajado a partir de los conceptos de rizoma y de neurona espejo, que al ser llevados al terreno del cómputo, permiten manipular la aparente linealidad del tiempo, del espacio y del pulso cardiovascular. La muestra se divide en dos partes. La primera consiste en un dueto performático en vivo que aborda el concepto de Empatía, valiéndose de vestuarios interactivos conectados al pulso cardíaco. Estos vestidos se encuentran colocados en unos maniquíes , donde el espectador interactúa con ellos; la esencia es manifestar la empatía con el hombre a partir de generar una suerte de vestido-sujeto colectivo.

La segunda parte consiste en una videoinstalación permanente que se nutre principalmente de la intervención del público y de su interacción con los vestidos-objeto. La apreciación poliangular de los tres espacios simultáneos es construída con tecnologías de circuito cerrado, a partir del tránsito y movimiento del espectador. La obra se proyecta sobre los ambientes Espacio absurdo de Hersúa, que consiste en diferentes módulos curvos y orgánicos con forma de membrana, construídos con mallas negras envolventes y transitables, lo que permite generar imágenes oníricas entre cuerpos reales, cuerpos desdoblados y cuerpos remotos, que colindan en fragmentos espacio-temporales disímbolos.

 

INTERFACES DE CONTACTO

Este es un dispositivo que captura la señal de los latidos del corazón en forma analógica, transmitiéndola mediante un sensor colocado dentro un componente hecho de silicona, el cual es sensible a las señales vitales que el dedo refleja desde el corazón a través de las venas. Este sensor tiene la capacidad para conectarse a otros dispositivos que pueden graficar las señales, y mostrar un monitoreo preciso de la actividad que genera nuestro corazón, en este particular caso se decidió reflejar dicha señal a través de un circuito compuesto, el cual se encargará de difundir y amplificar la señal capturada por el sensor de pulso, hasta un grupo de leds, emitiendo una gama lumínica de acuerdo al ritmo que cada corazón registre.

El sensor de pulso se compone por un led infrarrojo y una fotoresistencia que detectan la irrigación de la sangre a través del dedo, los cuales a manera de scanner envían esa señal al dispositivo que se encuentre conectado al sensor en ese momento, traduciédola en gráficos, sonidos, o en cualquier aspecto que pueda ser percibido por el espectador.

El Translab trabajó estrechamente con el Taller de Interfaces electrónicas del Centro Multimedia, para desarrollar los circuitos acondicionadores que requería este tipo de sensor de pulso, ya que era necesario amplificar y regular las señales emitidas. La señal de salida circuito acondicionador se tiene que transmitir a un procesador digital.

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